En un reciente episodio del podcast Shot Financiero, conducido por Guillermo Laborda, el economista Walter Sosa Escudero ofreció una perspectiva profunda sobre la economía actual y futura. Con una sólida trayectoria académica —Licenciado en Economía por la UBA y Doctor en Economía por la Universidad de Illinois—, Sosa Escudero es profesor en la Universidad de San Andrés y la Universidad Nacional de La Plata, investigador principal del CONICET y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Su obra más reconocida, “Borges, Big Data y Yo”, combina literatura y estadística para analizar la forma en que se interpreta la realidad, una idea que también aplica al análisis económico.
La economía como disciplina de equilibrio general
Sosa Escudero dejó en claro que una de las grandes contribuciones de la economía a la sociedad es la “capacidad de pensar en términos de equilibrio general”. Esta perspectiva permite a los economistas comprender cómo interactúan los distintos agentes en la economía —hogares, empresas y gobiernos— y cómo las decisiones de unos afectan a los otros.
Pensar en términos de equilibrio general no se limita a estudiar mercados, precios o tasas de interés, sino a entender cómo las políticas públicas, los shocks externos o las disrupciones tecnológicas pueden alterar todo el sistema. Este enfoque, según Sosa Escudero, es clave para interpretar el impacto de fenómenos como la inteligencia artificial (IA) en la economía.
El impacto de la inteligencia artificial en la economía
Para Sosa Escudero, la inteligencia artificial es “una revolución tecnológica que va a alterar muchas cosas mundanas”. Pero su análisis no se queda en la tecnología como fin en sí misma, sino en sus implicancias económicas. La IA no solo automatiza tareas, sino que redefine los roles laborales y genera nuevas demandas de habilidades.
El economista advierte que el “impacto de la inteligencia artificial va a ser brutal”, ya que la automatización no solo afectará a los trabajadores operativos, sino también a los profesionales, incluidos los economistas. Este fenómeno no se trata únicamente de reemplazar puestos de trabajo, sino de transformar las dinámicas del mercado laboral y de consumo. Las empresas, por su parte, deberán adaptarse a nuevas formas de competencia, mientras que los gobiernos enfrentarán el desafío de regular la IA de forma adecuada.
La educación también juega un rol esencial en esta transformación. Según Sosa Escudero, la inteligencia artificial “llevará a los profesores a responder preguntas y ser interpelados por los alumnos”, lo que exigirá “docentes más flexibles y mejor preparados”. Este llamado a la flexibilidad aplica también a los economistas, quienes deberán adaptar sus herramientas de análisis para considerar las nuevas dinámicas del mercado.
El rol de la estadística y la información en la economía
La estadística, un área en la que Sosa Escudero es experto, se ha convertido en una herramienta esencial para la economía moderna. “La estadística no es ni buena ni mala, es útil o no lo es. Debe servir a algún propósito para la toma de decisiones”, afirmó durante la entrevista.
Esta afirmación cobra aún más relevancia en un mundo donde la disponibilidad de datos masivos (big data) permite a los economistas trabajar con información en tiempo real. Sin embargo, la clave no está en la cantidad de datos, sino en la capacidad de analizarlos de forma correcta. Las técnicas estadísticas y los modelos predictivos —muchos de ellos alimentados por IA— se han convertido en insumos clave para las decisiones empresariales y gubernamentales.
En este sentido, Sosa Escudero destacó la importancia de los algoritmos en la economía moderna. Desde los sistemas de recomendación de productos hasta los modelos de predicción de inflación, la IA está redefiniendo la forma en que los economistas abordan la información. Sin embargo, advirtió que la automatización de los análisis no debe reemplazar la mirada crítica, sino complementarla.
La coyuntura argentina y el fenómeno Milei
El análisis económico de Walter Sosa Escudero no se limitó a la tecnología. Durante el episodio de Shot Financiero, se refirió a la situación económica y política de Argentina, con especial mención a la figura de Javier Milei, actual presidente del país.
“Javier Milei no bajó de una nave espacial”, afirmó, sino que es “una consecuencia natural de las idas y venidas de lo que pasó en la Argentina”. Esta frase sugiere que la aparición de liderazgos disruptivos no es casual, sino el resultado de un contexto económico y social desgastado por la inestabilidad.
Desde la perspectiva del equilibrio general, la llegada de Milei al poder puede explicarse como una respuesta de los agentes económicos (ciudadanos, empresas e inversores) ante la falta de previsibilidad. Cuando el sistema económico no ofrece señales claras ni reglas estables, los actores tienden a buscar soluciones disruptivas o “salidas de emergencia”, algo que, según Sosa Escudero, es lo que Milei representa en el plano político y económico.
Para la economía argentina, el cambio de liderazgo plantea interrogantes clave sobre el tipo de políticas que se implementarán, especialmente en temas como la dolarización, la política fiscal y la independencia del Banco Central. La capacidad de los economistas para pensar en términos de equilibrio general será crucial para anticipar los posibles efectos de estas medidas.
Reflexiones finales
El episodio de Shot Financiero dejó en evidencia la profundidad del análisis económico de Walter Sosa Escudero. Su enfoque se destaca por la capacidad de conectar los grandes temas de la economía —el equilibrio general, la inteligencia artificial, la educación y la política— con la realidad cotidiana de los ciudadanos y las empresas.
Sosa Escudero nos recuerda que la economía no se trata solo de números, sino de entender las interacciones entre los agentes y los cambios que afectan a la sociedad. La revolución tecnológica liderada por la inteligencia artificial, la transformación del mercado laboral y la aparición de nuevos liderazgos políticos, como el de Milei, son señales de un mundo en constante movimiento.
El mensaje final es claro: la flexibilidad, la adaptación y la capacidad crítica serán claves para los economistas del futuro. Desde la perspectiva de Sosa Escudero, la inteligencia artificial no debe ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad para repensar el rol de los economistas, de los educadores y de los ciudadanos en una economía cada vez más compleja y dinámica.