La revolución tecnológica choca con las limitaciones de la infraestructura energética

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Microsoft reconoció que enfrenta un obstáculo inesperado en su carrera tecnológica: la falta de suministro energético suficiente para alimentar la creciente demanda de sus chips de inteligencia artificial. El problema, que también afecta a otras grandes tecnológicas, podría frenar el desarrollo de centros de datos y limitar la capacidad de procesamiento necesaria para entrenar modelos avanzados de IA.

La compañía liderada por Satya Nadella ha invertido miles de millones en infraestructura y en el desarrollo de chips propios para reducir su dependencia de fabricantes como Nvidia. Sin embargo, el cuello de botella ya no está en el silicio, sino en la electricidad: la expansión acelerada de la IA está tensionando las redes energéticas en Estados Unidos y Europa, donde los nuevos data centers requieren cantidades colosales de energía.

El desafío no es solo operativo, sino estratégico. Si la energía no llega a tiempo, los chips podrían quedar obsoletos antes de ser plenamente utilizados, lo que implicaría pérdidas millonarias y un freno al avance de la inteligencia artificial generativa. En el fondo, Microsoft y el resto del sector enfrentan una paradoja de la era digital: el futuro de la tecnología más avanzada depende, cada vez más, de una infraestructura energética que aún no está preparada para sostenerla.

Mookie Tenembaun analiza el caso Microsoft en el último episodio de Inteligencia Artificial Perspectivas Financieras

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