China se ha convertido en el epicentro de una industria paralela que mueve miles de millones en el mercado negro. Desde desarmaderos de teléfonos robados en Europa que terminan en talleres asiáticos, hasta la exportación de precursores químicos utilizados para producir fentanilo, el país concentra redes que operan a escala global. A ello se suma la falsificación masiva de marcas internacionales, que impacta tanto en economías locales como en grandes corporaciones.
En este escenario, las actividades ilegales no solo representan un desafío económico, sino también una amenaza para la salud pública y la seguridad internacional. El tráfico de insumos químicos vinculados al fentanilo alimenta una crisis de opioides en varios países, mientras que la falsificación erosiona la confianza en productos y mercados. Todo ocurre bajo un entramado complejo que combina logística internacional, vacíos regulatorios y complicidades políticas.
Sobre los alcances y las consecuencias de esta industria de la ilegalidad, Mookie Tenembaum dialoga con Horacio Cabak en un nuevo episodio que invita a reflexionar sobre los riesgos globales de un fenómeno en expansión. La conversación propone entender no solo cómo funcionan estas redes, sino también qué puede hacerse frente a un problema que trasciende fronteras. ¡Escuchá el nuevo episodio de El Observador Internacional!