Durante años, ASML fue vista como la pieza irreemplazable del rompecabezas tecnológico global. La compañía neerlandesa, creadora de las máquinas que permiten fabricar los chips más avanzados del mundo, se consolidó como un virtual monopolio en el corazón de la revolución de la inteligencia artificial.
Sin embargo, sus últimos movimientos empiezan a generar dudas sobre la dirección de su estrategia. En particular, la decisión de invertir en Mistral AI, una startup europea de inteligencia artificial, despertó preguntas en los analistas: ¿por qué una empresa que dominaba con claridad un nicho tan específico y rentable como el de la litografía extrema (EUV) decide incursionar en un terreno tan distinto a su negocio principal?
El cambio es interpretado por algunos como una señal de que ASML podría estar buscando diversificar su influencia en un ecosistema donde gigantes como Nvidia, TSMC y OpenAI marcan el pulso. Otros, en cambio, advierten que moverse fuera de su actividad esencial podría diluir la fortaleza de su posición monopólica.
En un escenario donde la competencia tecnológica se vuelve cada vez más geopolítica, el futuro de ASML dependerá de si logra mantener su liderazgo sin perder foco en lo que la hizo única: fabricar las máquinas que nadie más puede construir.
Escuchá el análisis de Mookie Tenembaum sobre este tema, en el último episodio de Inteligencia Artificial Perspectivas Financieras.