El paisaje cotidiano de los sectores de consumo y atención al cliente está a punto de experimentar una metamorfosis radical. Lo que durante décadas fue terreno exclusivo de la ciencia ficción, hoy se manifiesta como una tendencia económica irreversible: la expansión acelerada de la robótica en el sector servicios.
Históricamente, la automatización estuvo confinada a las líneas de montaje industriales, entornos controlados donde las máquinas repetían tareas mecánicas. Sin embargo, una nueva generación de robots, dotados de capacidades cognitivas mejoradas y mayor destreza física, está comenzando a ocupar espacios en la hotelería, la logística de última milla, la salud y el comercio minorista.
Los motores del cambio
Este avance no es casual y responde a la convergencia de tres factores clave:
- Maduración tecnológica: La integración de inteligencia artificial permite que los robots procesen lenguaje natural y tomen decisiones en entornos dinámicos y no estructurados.1
- Necesidad de eficiencia: En un contexto global de búsqueda de reducción de costos operativos, la robotización ofrece una estandarización de procesos que promete optimizar la entrega de servicios.
- Cambios en el mercado laboral: La escasez de mano de obra en sectores específicos y el encarecimiento de la logística están empujando a las empresas a buscar soluciones automatizadas para mantener la competitividad.
Un proceso de transformación profunda
A diferencia de las transiciones tecnológicas anteriores, esta oleada promete transformar de manera “profunda y definitiva” la interacción humana con el entorno prestacional. No se trata simplemente de sustituir personas por máquinas, sino de una reconfiguración de los roles. La robotización asume las tareas más peligrosas, repetitivas o físicamente exigentes, obligando al capital humano a desplazarse hacia funciones de mayor valor añadido, supervisión y empatía.
Panorama hacia el futuro cercano
En el corto plazo, es de esperar que la presencia de robots deje de ser una curiosidad de marketing para convertirse en un estándar operativo. Las proyecciones indican que presenciaremos una “expansión acelerada” en los próximos cinco años, donde la robótica colaborativa (cobots) será la norma en oficinas y puntos de venta.
El desafío para las economías locales será doble: por un lado, la necesidad de una infraestructura digital robusta que soporte estos sistemas y, por otro, la adecuación de los marcos regulatorios y educativos para una fuerza laboral que deberá convivir —y cooperar— con colegas de silicio y acero.
La pregunta ya no es si los robots llegarán a los servicios, sino con qué rapidez las sociedades podrán absorber este cambio que ya ha comenzado a tocar a nuestras puertas.
¿Querés saber más sobre la masificación de la robótica? Escuchá el último episodio de Inteligencia Artificial Perspectivas Financieras, con Mookie Tenembaum
