Se acelera la carrera espacial: Estados Unidos apuesta a una base lunar permanente en 2030, energía nuclear y defensa

La Casa Blanca ha formalizado un giro radical en su política exterior y tecnológica, elevando el espacio de un campo de exploración científica a un activo crítico de seguridad nacional y desarrollo económico. A través de una nueva orden ejecutiva, la administración Trump busca consolidar la hegemonía estadounidense frente a la creciente competencia global.

Por qué importa

Estados Unidos está abandonando el enfoque puramente exploratorio para adoptar una postura explícitamente estratégica. La Luna ya no es solo un destino, sino una plataforma de infraestructura necesaria para la seguridad nacional y la economía del futuro.

Qué está pasando

El último18 de diciembre, el presidente Trump firmó la orden ejecutiva “Garantizar la superioridad espacial de Estados Unidos”. Los puntos de inflexión incluyen:

  • Retorno lunar: La meta es llevar astronautas a la Luna en 2028 (Programa Artemis).
  • Presencia permanente: Establecimiento de una base lunar para 2030.
  • Energía nuclear: Despliegue de reactores nucleares en la superficie lunar y en órbita para propulsión y soporte vital.
  • Cambio de mando: Se elimina el Consejo Nacional del Espacio, transfiriendo sus funciones a la Oficina de Política Científica y Tecnológica.

El desarrollo: El “boom” comercial

La orden redefine la exploración lunar como “infraestructura estratégica” y busca una transición agresiva hacia el sector privado:

  • Adiós a la Estación Espacial Internacional (ISS por su sigla en inglés): Para 2030, el enfoque se moverá de la Estación Espacial Internacional hacia estaciones comerciales.
  • Capital: El objetivo es atraer U$S 50.000 millones en inversión privada.
  • Menos burocracia: La NASA tiene 180 días para simplificar sus procesos de adquisición y priorizar soluciones de empresas como SpaceX y Blue Origin.

Seguridad y defensa: El factor “Golden Dome”

La política espacial ahora está intrínsecamente ligada a la defensa antimisiles:

  • Defensa activa: Se acelera el programa “Golden Dome” con horizonte en 2028.
  • Vigilancia orbital: Nuevas capacidades para detectar amenazas, específicamente la posible presencia de armas nucleares de adversarios en órbita.

Entre líneas

Aunque el programa Artemis ha logrado hitos (como la misión no tripulada Artemis I en 2022), el calendario es extremadamente ambicioso. Artemis II está prevista para febrero de 2026, lo que deja un margen estrecho para que Artemis III logre el alunizaje humano en 2028 utilizando sistemas de descenso privados.

¿Qué sigue?

El éxito de esta hoja de ruta depende de tres pilares que deben alinearse en los próximos 90 días:

  1. Reportes de avance: Las agencias deben presentar planes sin contar con incrementos presupuestarios explícitos inmediatos.
  2. Coordinación con el Congreso: El financiamiento para la base permanente y los reactores nucleares será el próximo gran debate legislativo.
  3. Integración comercial: La velocidad a la que el sector privado pueda absorber las responsabilidades que antes eran exclusivas del gobierno.

La última palabra:

Con este movimiento, la Luna se convierte oficialmente en el nodo central de la proyección de poder de EE. UU., fusionando los intereses del mercado con la supervivencia estratégica.

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