Perú atraviesa una etapa marcada por una profunda fragilidad institucional que convive, en contraste, con indicadores económicos que aún resisten el deterioro político. Mientras el país se encamina hacia un nuevo proceso electoral cargado de polarización, la agenda pública queda atrapada entre disputas de poder, denuncias cruzadas y una inseguridad creciente. Esta paradoja —una economía relativamente estable sostenida por un clima político en crisis permanente— mantiene al país en un estado de incertidumbre que dificulta cualquier horizonte claro de estabilidad.
Diego Laje habla sobre este tema en Enfoque Latino con el periodista peruano Paolo Benza. ¡Escuchalo!
