Tesla está reconfigurando su futuro alrededor de un producto que, según Elon Musk, será más importante que todos sus vehículos eléctricos juntos: Optimus, su robot humanoide. Ya no se trata solo de innovación o prueba de concepto. La empresa está trazando un plan industrial que, de concretarse, colocaría a Tesla como el fabricante dominante de robots humanoides a escala global y abriría una nueva era en la automatización laboral.
En 2025, Tesla producirá sus primeras miles de unidades, pero la compañía se mueve con una velocidad atípica incluso para Silicon Valley. Para 2027, Musk proyecta un salto exponencial: entre 500.000 y 1 millón de Optimus fabricados por año, y una Gigafactory en Texas capaz de multiplicar esa cifra hasta los 10 millones anuales en el futuro cercano. La apuesta es tan ambiciosa que el propio Musk anticipa que Optimus será la principal fuente de crecimiento de Tesla durante las próximas décadas.
Qué está pasando
Tesla ya puso en marcha una línea piloto en su planta de Fremont, California. Allí se fabrican prototipos avanzados de Optimus, que ya realizan tareas finas —desde tocar el piano hasta enhebrar una aguja— y también trabajos repetitivos destinados a automatizar áreas industriales.
La compañía usa estos robots internamente para acelerar el desarrollo del software y los sistemas de movimiento. El objetivo es claro: eliminar riesgos de fabricación, validar funciones y preparar el salto a la producción masiva.
Por qué importa
- Cambio de paradigma: Optimus apunta a convertirse en una fuerza laboral alternativa, capaz de asumir tareas repetitivas, peligrosas o físicamente exigentes tanto en fábricas como en hogares.
- La nueva “unidad económica”: Musk sostiene que un robot humanoide, producido en volúmenes similares a los de un auto, podría cambiar la estructura de costos del trabajo manual.
- Mercado potencial gigantesco: si Optimus funciona y su precio baja con el volumen, Tesla podría dominar un mercado que hoy prácticamente no existe, pero cuyo impacto sería comparable al de la revolución del automóvil o el smartphone.
El mapa de producción
- 2025:
- Producción limitada a unos pocos miles de unidades en Fremont.
- Tesla ajusta sus metas iniciales y prioriza el escalado progresivo sobre los números simbólicos.
- 2026:
- Entrada en operación de la línea de producción de tercera generación.
- Tesla apunta a 50.000 a 100.000 robots, el primer verdadero salto industrial.
- 2027:
- Apuesta fuerte: entre 500.000 y 1 millón de Optimus al año.
- La Gigafactory de Texas entraría en escala, con proyección futura de 10 millones anuales.
- En el horizonte:
- Musk ya deslizó que el límite no es terrestre. Entre serio y en broma, habló de una línea de producción en “Marte”, reflejando la magnitud del proyecto en su visión de largo plazo.
El panorama general
Para Tesla, Optimus no es un proyecto secundario: es el centro de una nueva estrategia corporativa. Si la compañía logra escalar y colocar cientos de miles de robots en el mercado, la robótica humanoide podría convertirse en el próximo gran vector de disrupción tecnológica.
El mayor interrogante no está en la ambición, sino en la ejecución. Pero si Tesla repite en la robótica el modelo industrial que desarrolló para los autos eléctricos, el salto podría ser histórico.







